Y cada vez me voy dando más cuenta que el paso del tiempo no perdona
y ni siquiera se si un mañana seré capaz de recordar esos ojos
o esa mirada que me hacia palpitar desde el otro lado de la silla.
Ni siquiera seré capaz de recordar aquella oportunidad,
esa paso delante de mi como una centella, se poso sobre mi mente
y repentinamente la deje escapar, siendo esta la oportunidad única.
Simplemente por no pelear para recordarla
Y cada vez me doy cuenta que no soy más que un busto de mis propias memorias,
no aquellas que sucedieron, sino de aquellas que recuerdo, aquellas como yo las recuerdo.
Soy vástago litigio de realidad, fantasía y de aquellos sueños que jamas dejare de perseguir.
Y esclavo del corazón que me arrastra a perseguir estrellas que iluminan mi noche en las que la luna hace tiempo que se marcho.
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